¿Qué caracteriza a una gran empresa?

¿Qué hace que una empresa se destaque entre el resto? ¿Qué la convierte en el lugar en el que realmente le gustaría trabajar a la gente o hacer negocios? Ninguna empresa es perfecta, incluso si funciona bien año tras año. La grandeza, como muchos objetivos, está en el ojo del espectador. Una prueba simple para la grandeza es cómo una compañía es experimentada por sus componentes (sus clientes, sus asociados, sus dueños, y socios comerciales). Por lo general tratan bien a todos sus constituyentes y, a su manera única, aspiran a la grandeza.

Ambición:

El equipo de liderazgo de cada buena compañía tiene una gran ambición para la empresa, generalmente una que responde a una necesidad insatisfecha del cliente. La ambición no es avaricia personal; se trata de la construcción de una empresa que cumple con su promesa y lo hace con una calidad única. 

Clientela:

Cada buena compañía comienza satisfaciendo una necesidad del cliente. Esa necesidad es a menudo profundamente entendida por el fundador de la empresa porque ellos mismos experimentaron la necesidad (y vieron cómo esa necesidad no estaba siendo satisfecha). A veces el fundador entrega el liderazgo de la empresa a alguien que opera la idea. 

Enfoque:

Las buenas compañías se enfocan en lo que saben y pueden hacer bien. Cuando las empresas buscan nuevas ideas, a menudo se desplazan hacia un territorio desconocido y se meten en problemas. Las buenas compañías apenas continúan creciendo y ampliándose en territorio familiar.

Ejecución:

Satisfacer a un cliente requiere una atención incesante a la ejecución. Construir la capacidad de una empresa para hacer la entrega hace la diferencia entre convertir una gran idea en un negocio o en un fracaso. Pero la ejecución no se trata sólo de entregar un producto. Es también sobre el servicio.

Inspiración:

Las empresas inteligentes involucran a todos sus asociados en la construcción del negocio, desde la creación de ideas a través de la entrega. Las ideas no sólo vienen arriba-abajo; también vienen de fondo y de cualquier otra dirección. Todo el mundo en la empresa se siente que posee una parte de la acción y son responsables de cómo actúa la empresa. La inspiración para una empresa comienza en la cima, pero un buen liderazgo impulsa esa inspiración en la empresa al involucrar a la gente ampliamente en la toma de decisiones. La gente es más que partes mecánicas de la empresa, y cuanto más se les permite ver a los clientes, mejores son sus sensibilidades comerciales.